Si al cepillarte los dientes tu encía sangra mucho o poco, ocasionalmente o a diario, si ese sangrado ocurre al morder o al comer, si al despertarte notas un sabor extraño en la boca; no pienses que es algo normal o pasajero, tus encías te están dando un aviso porque algo les está pasando.
El sangrado, la recesión o el dolor en las encías son síntomas que nos avisan de un problema en nuestra boca. Existen principalmente dos tipos de enfermedad que pueden afectar a nuestra encía.
Asimismo, gracias a la Periodoncia podemos prevenir la perdida innecesaria de los tejidos de soporte del cliente causante principal de la movilidad dental, conservando así la salud oral de los pacientes.
El destartraje consiste en desprender el tártaro (llamado también SARRO) que esta pegado a los dientes. Se hace al principio con un equipo de ultrasonido diente por diente. Luego con instrumentos muy finos se repasa al nivel de la encía y por debajo de ella, para desprenderlos en zonas casi inalcanzables.
La profilaxis dental es la segunda etapa que consiste en el lavado y pulido de los dientes, se hace primero con una pasta de consistencia gruesa para alisar las superficies dentales, luego con una suave para lavar y quitar manchas mediante unas copas de caucho y escobillas.
La fase correctiva es la segunda parte del plan de tratamiento periodontal y tiene como objetivo la reconstrucción de las estructuras pérdidas, mediante procedimientos como el ajuste oclusal, tratamiento de ortodoncia, colocación de prótesis o implantes.
Área odontológica muy importante y desconocida por muchos pacientes y algunos profesionales, que se encarga de los cuidados especializados para mantener la salud de las encías y el hueso que soporta los dientes, garantizando de esta forma la estabilidad dentaria evitando su perdida y facilitando la prevención de muchas enfermedades generales (diabetes, enfermedades cardio-vasculares, etc.) que se relacionan con las enfermedades periodontales (piorrea).
Su diagnóstico se basa en el sondaje gingival (periodontograma), la radiología y el estudio clínico (sangrado de las encías, movilidad de los dientes, etc.), indicando posteriormente el tratamiento pertinente que conseguirá eliminar la patología y evitar o retrasar el deterioro de la dentición, evitando que las encías sangren profusamente, que las retracciones gingivales se acentúen y que no se pierda el hueso que sujeta el diente para que este se mantenga bien estable, frenando la perdida de hueso o recuperando parte del hueso reabsorbido, para que así los dientes no tengan movilidad y que finalmente se puedan perder.